La energía nuclear ha sido vista durante mucho tiempo con escepticismo, especialmente en Occidente, debido a accidentes históricos y preocupaciones sobre su seguridad. Sin embargo, con el auge de la inteligencia artificial (IA) y su creciente demanda de energía, el panorama podría estar cambiando. Grandes empresas tecnológicas y bancos están explorando la energía nuclear como una opción viable para satisfacer las necesidades energéticas masivas de los centros de datos que impulsan la IA. ¿Es posible que la energía nuclear sea la respuesta libre de carbono que la tecnología necesita?
El auge de la IA ha coincidido con una creciente demanda de energía limpia y de bajo carbono, algo que no había beneficiado a la industria nuclear en décadas anteriores. Desde los años 70 y 80, las construcciones de plantas nucleares en países como Estados Unidos y Europa disminuyeron drásticamente debido a costos excesivos y accidentes graves, como los ocurridos en Three Mile Island, Chernobyl y Fukushima. Sin embargo, hoy en día, las grandes empresas tecnológicas como Google, Amazon, Meta y Microsoft están considerando la energía nuclear como una solución para abastecer sus infraestructuras energéticas con electricidad de baja emisión y disponible 24 horas al día.
La relación entre la IA y la energía nuclear
Con el auge de la IA, las empresas tecnológicas necesitan cada vez más energía para mantener sus centros de datos en funcionamiento. Según Yann LeCun, jefe científico de IA en Meta, los centros de datos de IA se construirán junto a sitios de producción de energía capaces de generar electricidad a gran escala, de bajo costo y baja emisión, como las plantas nucleares. Esto se debe a que la IA requiere una fuente de energía constante y confiable, algo que la energía nuclear puede ofrecer.
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La renovada demanda de energía nuclear
Mientras que países como China y Corea del Sur han continuado construyendo reactores nucleares, Estados Unidos y Europa han visto un declive en la construcción de nuevas plantas. Sin embargo, este año se ha observado un aumento en el interés por la energía nuclear en Occidente, impulsado por las grandes empresas tecnológicas que buscan reducir su huella de carbono y abastecer sus centros de datos con energía limpia.
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Un ejemplo destacado es el anuncio de Microsoft para reactivar la planta nuclear de Three Mile Island en Pensilvania. Además, Amazon invirtió $650 millones para establecer un centro de datos junto a la planta nuclear de Susquehanna Steam Electric.
Desafíos estructurales y financieros
A pesar de la emoción en torno a la energía nuclear, siguen existiendo desafíos estructurales y financieros. Las plantas nucleares tienden a superar plazos y presupuestos, lo que genera un alto riesgo financiero. Aunque las empresas tecnológicas están dispuestas a pagar precios premium por la electricidad, esto no cubre los riesgos de sobrecostos o retrasos en los proyectos nucleares.
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Chris Rees, gerente de estrategia energética en Meta, mencionó que hay un apetito real por la energía nuclear, pero también reconoce los límites en cuanto a la participación de las empresas tecnológicas en la propiedad de activos nucleares. Las empresas no desean asumir todo el riesgo del proyecto, prefiriendo firmar contratos a largo plazo a buenos precios, conocidos como acuerdos de compra de energía (PPA).
La búsqueda de una solución
El futuro de la energía nuclear para la IA dependerá de encontrar una fórmula que funcione tanto para las empresas tecnológicas como para los proveedores de energía nuclear. Aunque las empresas de tecnología están dispuestas a firmar acuerdos a largo plazo, no están interesadas en poseer ni operar plantas nucleares. Esto plantea la pregunta de quién será responsable de financiar estos proyectos y asumir el riesgo inicial.
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El creciente interés en la energía nuclear por parte de grandes empresas tecnológicas podría marcar un cambio significativo en la forma en que alimentamos los centros de datos de IA y otras infraestructuras digitales. Aunque existen desafíos estructurales y financieros, el potencial de la energía nuclear como una fuente de electricidad sin carbono y confiable es difícil de ignorar. En los próximos años, veremos si este sector logra superar los obstáculos y convertirse en una pieza clave en la transición energética global.